Don Bosco en familia

Número 87

LA PACIENCIA

UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN

Si nuestra opción es construir un hogar feliz se requiere sin duda  paciencia, una virtud fundamental para lograr hacer de la familia un lugar de encuentro y crecimiento recíproco. 

Don Bosco continuamente hablaba a los salesianos de esta virtud y la sitúa como una de las bases del Sistema Educativo. Deseaba ante todo que la paciencia estuviese en el primer lugar, como actitud fundamental para desempeñar adecuadamente el rol de la dirección o guía, tal como lo indica en los Recuerdos Confidenciales a los Directores: “Nada te turbe”.

La práctica de la paciencia, que muchas veces se convierte en auto dominio de la personalidad, aquello que en su tiempo Don Bosco llamaba “la templanza”, debe tener objetivos muy concretos y un programa para poder alcanzarlos. Por ejemplo, la paciencia con la familia nos llevará a conseguir una familia equilibrada y feliz. La paciencia, desde un punto de vista religioso, nos llevará a conseguir el camino para la perfección humana. La paciencia en el trabajo nos llevará a la mejora del mismo. Cada actividad tendrá unos frutos diferentes. 

Pero la paciencia es muy difícil de practicar, si no va acompañada, entre otras cosas, de mucha creatividad. No se puede ser paciente sin sentido o para que funcione. Para ser paciente y practicarlo se debe tener algún motivo superior como el amor a Dios o el amor al prójimo  Ser paciente es un trabajo de todos los días, que requiere poner atención a los pequeños detalles y actitudes. Es salir continuamente de uno mismo y tratar de comprender a la otra persona. Si la paciencia no es fruto del amor, no se llega a vivir con alegría ya que esta virtud requiere constantemente morir a uno mismo.

En familia, entre la pareja, entre los padres e hijos, tienen que practicar la paciencia, que es la base de la tolerancia hacia los sentimientos y hacia los actos de los demás. Si los padres no logran ser pacientes, será difícil la formación de los hijos, se perderá la confianza y la capacidad de crear un ambiente de respeto. Ya lo decía San Francisco de Sales: “Más moscas se atrapan con una gota de miel que un barril de Vinagre”.