¿Y ahora qué?
número 83
¿De qué hablamos cuando decimos acoso escolar?
¿Qué es el acoso escolar?
El acoso escolar es toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre escolares de forma reiterada y a lo largo del tiempo.
Son situaciones, acciones y conductas en las que uno o más alumnos insultan, difaman, amenazan, chantajean, difunden rumores, pegan, roban, rompen cosas, ignoran o aíslan de manera intencionada, sistematizada y prolongada en el tiempo a un compañero. Es importante señalar que, para que sea acoso, debe existir una desigualdad de poder, un desequilibrio de fuerzas a nivel físico, social o psicológico entre el acosador y la víctima que se encuentra sometida. Las consecuencias producen en la víctima sentimientos de indefensión, sumisión e inferioridad.
¿Y el Ciberbullying?
El ciberbullying es el acoso, intimidación o humillación a un compañero o compañera a través de las redes sociales, e-mail, chat o teléfono móvil de forma reiterada y prolongada en el tiempo.
Engloba distintas acciones como pueden ser el envío de mensajes ofensivos y amenazas, la suplantación de identidad, el pirateo de una cuenta personal, la difusión de información personal, el retoque de fotos y videos comprometidos y la difusión de rumores o rankings de rasgos negativos vía redes sociales. No obstante, es un fenómeno que, como la tecnología, está en permanente evolución en sus formas.
¿Existe un perfil de niño/a acosado?
Según los estudios desarrollados por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, basado en los testimonios de menores víctimas de acoso que llaman al Teléfono ANAR, el acoso escolar:
Afecta en una proporción casi idéntica a niños y niñas (49% en el caso de ellos vs. 51% en ellas).
Entre los desencadenantes: marginación por ser diferentes, discapacidades, defectos físicos, ser poco abiertos o habilidosos en las relaciones sociales y no seguir las mismas tendencias o gustos de la mayoría. En algunas ocasiones los niños acosados destacan por inteligencia, características de su personalidad (los más brillantes, los más divertidos, los más justos, los que se comportan mejor) e incluso atractivo físico.
En el caso del ciberbullying: Hay más chicas que chicos. Siete de cada diez víctimas acosadas a través de medios tecnológicos son chicas.
Una de las piezas clave: Los observadores
El acoso es violencia injustificada, cruel, gratuita y reiterada que se ve animada por los testigos. Conseguir que estos arrinconen al violento podría acabar con la violencia.
Pero la realidad es que en cerca de la mitad de los casos, los espectadores miraron para otro lado para no implicarse por la dificultad de pedir ayuda, tanto víctima como observadores por miedo a:
a. Las represalias.
b. A que les califiquen de chivato/a.
c. A que les llamen gallina, cobarde, nenaza. Son estereotipos del hombre que se niega a pelearse.
d. A la presión de grupo. Dificultad de pensar diferente al resto.
Ante esto os sugerimos que:
Debemos estar pendientes , todos. Recordad que somos un equipo, observar, estar vigilantes ante cualquier cambio para poder identificar la situación.
No minimizar las situaciones de violencia, no reforzarlas ni fomentarlas (reírse ante un mote o acusar a un alumno de chivato por comunicar una situación de posible acoso).
Estimular al alumnado, a nuestros hijos e hijas, a no callar ante la violencia.
Tener una actitud cercana con el alumnado que muestre interés y preocupación por ellos.
Fomentar la cohesión grupal con actividades cooperativas
Otra de las piezas claves : La prevención
En nuestros centros educativos y en cada comunidad educativa debe ser una prioridad la prevención del acoso escolar y la mejora de la convivencia, entre otras cosas por ser fieles a uno de nuestros objetivos salesianos: "ser honrados ciudadanos y buenos cristianos".
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